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La gran epidemia de 1520

La gran epidemia de 1520

Los residentes de Tenochtitlán identificaron la epidemia devastadora de 1520 como hueyzáhuatl (gran lepra) y totomonaliztli (pústulas), que hoy se conoce en español como viruela. Este dibujo del Códice Florentino representa a víctimas de la enfermedad afligidas por pústulas debilitantes y un dolor insoportable. En la parte superior izquierda, una curandera cuida a un enfermo. En la parte inferior izquierda, una enferma llora de dolor mientras intenta moverse. El texto que sigue proporciona el relato desgarrador de un sobreviviente:

Se difundió entre nosotros una gran peste, una enfermedad general…Sobre nosotros se extendió: gran destruidora de gente. Algunos bien los cubrió; por todas partes [de su cuerpo] se extendió. En la cara, en la cabeza, en el pecho.

Era muy destructora enfermedad. Muchas gentes murieron de ella. Ya nadie podía andar, nomás estaban acostados, tendidos en su cama. No podía nadie moverse: no podía volver el cuello, no podía hacer movimientos de cuerpo; no podía acostarse cara abajo, ni sobre la espalda, ni moverse de un lado a otro. Y cuando se movían algo, daban de gritos. A muchos dio la muerte la pegajosa, apelmazada, dura enfermedad de granos.

Muchos murieron de ella, pero muchos solamente de hambre murieron. Hubo muertos por el hambre; ya nadie tenía cuidado de nadie, nadie de otros se preocupaba (León Portilla 2008:112).

En poblaciones que no han sido expuestas anteriormente, la viruela puede propagarse ampliamente y matar entre el 30 y 100 por ciento de los infectados, según la cepa. Los sobrevivientes aztecas quedaron con cicatrices permanentes y algunos perdieron la visión. La muerte se extendió tan rápidamente que las cadenas de suministro y los servicios colapsaron, produciendo una hambruna que exacerbó la mortalidad. Según el Códice Florentino, la peste “mató gente sin número, y muchos murieron de hambre, porque no había quien pudiese hacer comida” (libro 12, f. 53r). Las estimaciones actuales sugieren que hubo una pérdida de población de entre 5 y 8 millones de personas en toda Mesoamérica durante el brote de 1520.

 

Imagen

  • Florence, Biblioteca Medicea Laurenziana, MS Mediceo Palatino 220 (Florentine Codex), book 12, fol. 53v (3:460v). Courtesy of the Biblioteca Medicea Laurenziana.

Véase también

  • Acuna-Soto, Rodolfo, et al. “Megasequía y mega-muerte en México en el siglo XVI.” Revista Biomédica 13, no. 4 (2002): 289–92.
  • Cook, Noble David. Born to Die: Disease and New World Conquest, 1492–1650. New Approaches to the Americas. New York: Cambridge University Press, 1998.
  • León Portilla, Miguel. Visión de los vencidos: Relaciones indígenas de la conquista. Mexico City: UNAM, ediciones digitales, 2008.
  • Sandine, Al. “Micro-Invaders.” In Deadly Baggage: What Cortes Brought to Mexico and How It Destroyed the Aztec Civilization, 154–65. Jefferson, NC: McFarland, 2015.
 

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