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Siglo de sufrimiento

images depicting disease.

La medicina nahua, a pesar de todos sus avances, no fue apta para combatir la abrupta aparición de gérmenes foráneos. En la imagen a la izquierda, un médico nahua diagnostica a dos pacientes cubiertos de salpullido rojo, ambos probablemente víctimas de tifo, una enfermedad que tan solo en 1545 mató a 150,000 personas en Tlaxcala. En la imagen a la derecha, glifos representando gritos de dolor emanan de la boca de un paciente indígena hospitalizado en el Hospital Real de San José de los Naturales de la Ciudad de México.

Decenas de epidemias asolaron Mesoamérica durante el siglo XVI. Además del brote de viruela de 1520, que llevó a la caída de Tenochtitlán, en 1545 y 1576 surgieron dos brotes excepcionalmente mortales de cocoliztli, una fiebre hemorrágica; al mismo tiempo aparecieron otros brotes generalizados de paperas, sarampión, influenza, tifus, meningitis, viruela, disentería, tos ferina y peste neumónica. El impacto agregado de estas epidemias sucesivas llevó al colapso de las redes de producción y distribución agrícola, lo que agravó las sequías y aumentó la mortandad. La hambruna era un fenómeno común. En palabras de Toribio de Benavente (conocido como Motolinía): “Murieron también muchos de hambre, porque como todos enfermaron de golpe, no se podían curar los unos a los otros, ni había quien les diese pan ni otra cosa ninguna” (Motolinía 2014: tr.1, cap.1).

Los gérmenes se propagaron rápidamente a lo largo del hemisferio, adelantándose a los europeos a través del contacto entre comunidades vecinas: años antes de la llegada de los españoles a los Andes, el Imperio inca experimentó un brote de viruela que diezmó a la familia real, abriéndole el camino a la invasión española; en 1539, la peste y el hambre acabaron con la vida de 100,000 personas en Popayán; Bogotá perdió 40,000 indígenas a causa de la viruela sólo en 1558; casi todos los indígenas de Cuenca estaban enfermos de viruela en 1562; y Lima fue testigo de una disminución de la población del 20 por ciento en 1586, a causa de un brote que cobró la vida de indígenas y descendientes de africanos esclavizados. Innumerables comunidades fueron destruidas por los gérmenes europeos; el resultado fue una disminución de aproximadamente 90 por ciento de la población indígena de América para finales del siglo XVI. Las epidemias se agudizaron por las condiciones que los europeos crearon en sus colonias: los gérmenes prosperaron principalmente debido a la explotación, la insalubridad y el confinamiento urbano que los colonos les impusieron a sus súbditos.

 

Imágenes

  • Florence, Biblioteca Nazionale Centrale, MS Magliabechiano XIII.3 (Codex Magliabechiano), fol. 78r. By permission of the Ministry of Culture / Central Library, Florence.
  • Pintura del gobernador, alcaldes y regidores de México. Madrid, Biblioteca Nacional de España, ca. 1565, fol. 6v. Courtesy of the collections of the Biblioteca Nacional de España.

Véase también

  • Cook, Noble David. Born to Die: Disease and New World Conquest, 1492–1650. New Approaches to the Americas. New York: Cambridge University Press, 1998.
  • Motolinía, fray Toribio de Benavente. Historia de los Indios de la Nueva España. Edited by Mercedes Serna Arnaiz and Bernat Castany Prado. Madrid: Real Academia Española, Centro para la Edición de los Clásicos Españoles, 2014.
 

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