En el mundo nahua, el diagnóstico médico a veces incluía procedimientos adivinatorios. De uso común y bien documentado fue la lectura de granos de maíz que se ilustra aquí, en el que un paciente (a derecha) se sienta frente a un curandero (a izquierda), cada uno a lado de un mantel. El curandero, que contaba con un puñado de granos de maíz bien formados, elegía unos cuantos y los lanzaba al aire. Al caer sobre el mantel, los granos creaban patrones que revelaban la gravedad de la enfermedad, la efectividad del tratamiento elegido y otros resultados de importancia médica. Esta forma de diagnóstico por adivinación continúa siendo practicada por curanderos nahuas modernos.
Los nahuas atribuyeron enfermedades a dioses y otras entidades sobrenaturales, especialmente al impredecible dios Titlacahuan quien, según los informantes de Bernardino de Sahagún, causaba pobreza, miseria, o enfermedad entre aquellos que no cumplían con sus votos y penitencias. El dios era considerado imperceptible. Una de sus encarnaciones visibles era el dios creador Tezcatlipoca, representado aquí e identificado en el texto que acompaña la imagen como “el más grande de sus dioses” (Magliabecchiano fol. 33v). En aquel entonces, los europeos también creían que las enfermedades provenían de las deidades. La sífilis, en sus primeros brotes, se consideraba un castigo divino contra la blasfemia y otros pecados.
Imágenes
- Florence, Biblioteca Nazionale Centrale, MS Magliabechiano XIII.3 (Codex Magliabechiano), fols. 78r and 33r. By permission of the Ministry of Culture / Central Library, Florence.
Véase también
- McGough, Laura J. “Demons, Nature, or God? Witchcraft Accusations and the French Disease in Early Modern Venice.” Bulletin of the History of Medicine 80, no. 2 (2006): 219–46.
- Ortiz de Montellano, Bernardo R. Medicina, salud y nutrición aztecas. Madrid: Siglo XXI, 1993.
- Sandstrom, Alan R., and Brad R. Huber. Mesoamerican Healers. Austin: University of Texas Press, 2010.