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Colibríes y el más allá

Colibríes y el más allá

Esta es, probablemente, la primera imagen impresa de un colibrí, o huitzitzilin (en español, espina turquesa o espina preciosa), uno de los animales más sagrados para los nahuas puesto que simbolizaba a su dios patrón Huitzilopochtli. Parte del texto dice: “Con las plumas de este pájaro, tejidas y combinadas con exquisita delicadeza y unidas con gran habilidad, los talentosos nativos crean imágenes de sus dioses y todo tipo de cosas con precisa similitud”.

La carne de colibrí se consumía como medicina para tratar las pústulas y las convulsiones. El pájaro sagrado también jugaba un papel importante en el más allá, ya que encarnaba las almas de los guerreros y las víctimas de los sacrificios humanos. Mientras que las personas que morían de forma ordinaria tenían que emprender un peligroso viaje de cuatro años a Mictlán (el inframundo), aquellas almas afortunadas que habían perecido en el campo de batalla o como víctimas de sacrificios tenían el honor de acompañar al sol en sus viajes. Después de cuatro años, estas almas gloriosas resucitaban como colibríes o mariposas. También las mujeres que perecían en el parto tenían el honor de acompañar al sol, mas no se transformaban en colibríes, sino que visitaban la tierra en ciertos días determinados astrológicamente. El colapso social provocado por las epidemias del siglo XVI impidió que se cumplieran debidamente los ritos funerarios y de luto, perturbando así la vida en el más allá de millones de indígenas.

Al conocer al colibrí, los cristianos también le atribuyeron un simbolismo divino. Se decía que el pájaro se colgaba de árboles altos, y que podía entrar en un estado catatónico por hasta seis meses. En su enciclopédica Historia Naturae, el jesuita Juan Eusebio Nieremberg equiparó la hibernación del colibrí con la Resurrección de Cristo: “Es un pajarito, pero por una providencia asombrosa muere para volver a vivir. Cree que morirá feliz en la madera de la que volverá a levantarse. Esta es para nosotros una señal de morir sabiamente ante el mundo en el árbol de una cruz, por lo cual nos haremos inmortales” (Cañizares-Esguerra 2006:271).

 

Imagen

  • Francisco Hernández. Rerum Medicarum Novae Hispaniae Thesaurus. 1648. P. 705. Courtesy of HathiTrust. 

Véase también

  • Cañizares-Esguerra, Jorge. Puritan Conquistadors: Iberianizing the Atlantic, 1550–1700. Stanford: Stanford University Press, 2006.
  • Marcaida López, José Ramón. “Acumulación.” Arte y ciencia en el barroco español: Historia natural, coleccionismo y cultura visual, 45–136. Seville: Fundación Focus-Abengoa; Madrid: Marcial Pons Historia, 2014.
  • Ortiz de Montellano, Bernardo R. Medicina, salud y nutrición aztecas. Madrid: Siglo XXI, 1993.
 

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